Devi (Maitreyi Ramakrishnan) va a Princeton. Al menos, esa es su intención. También lo es perder la virginidad. El personaje logra ambas cosas a lo largo de la cuarta y última temporada de la serie Yo Nunca de Netflix. Pero lo que parecen pasos inevitables en la vida de una joven, tienen un sentido de plenitud emocional. En el argumento, la sexualidad y la búsqueda de las metas íntimas se enlazan en un propósito. Encontrar un lugar que pueda llamar hogar y que le permita comprender su historia a través de todas las partes que la forman.
El argumento de la producción nunca fue sencillo, a pesar de parecerlo. Creada por Mindy Kaling, Lang Fisher, Ben Steiner y Aaron Geary, la serie explora el sentido de pertenencia a través de una búsqueda interior. A través del humor —los capítulos están narrados por la voz monótona de John McEnroe— y de una sensible perspectiva de la intimidad.
Cada episodio de Yo Nunca profundiza en la vida de Devi y su familia como un mapa que atraviesa etapas analizadas con gentileza. La primera temporada se enfocó en la muerte y el duelo como recorrido hacia una paz generosa. El resto de las entregas se hicieron más audaces y se atrevieron a cuestionar la sexualidad femenina, la individualidad y el deseo juvenil.
Yo Nunca
La serie Yo nunca, de Netflix, llega a una cuarta temporada que culmina, sin perder solidez ni ternura, cada una de sus historias. La de su protagonista, pero también las del resto de personajes. Una brillante decisión que convierte la historia en un recorrido coral por el crecimiento y la madurez. Con diez capítulos que recorren los últimos días de Devi (Maitreyi Ramakrishnan) antes de llegar a la universidad, la serie recupera lo mejor de su tono humorístico. Para su escena final, su figura central encuentra su propósito. También lo hace esta extraordinaria serie al explorar de forma realista la vida de un adolescente actual.
Puntuación: 4.5 de 5.
Crecer es doloroso, pero también liberador
No obstante, es la cuarta temporada de Yo Nunca la que consigue que el interminable diálogo de Devi con sus procesos mentales y emocionales se haga más contundente. En especial, una vez que debe abandonar el mundo tal y como lo conoció y dar el paso definitivo hacia la adultez. Aunque eso implique abandonar el amor recién descubierto, el capullo protector de su madre e, incluso, la sensación de tener un sitio al cual regresar.
Yo nunca es una de las pocas series de Netflix que no dependen del escándalo o el impacto inmediato para ser efectiva. En vez de eso, se interroga sobre los pasos de una etapa del crecimiento especialmente frágil. Pero tampoco cree que el mundo adolescente sea por definición inestable, romántico o sensiblero. El guion de Lang Fisher, Mindy Kaling, Justin Noble y Akshara Sekar tiene la convicción de que cada elemento del proceso de madurez es una combinación intelectual y moral.
Un proceso en el que interpretar las propias debilidades y recorrer un camino complicado hacia las metas, tanto aquellas cumplidas como las que finalmente se desecharán. La cuarta temporada de Yo Nunca es consciente de que ha llegado al final de sus interrogantes. Por lo que Devi comienza a avanzar hacia la mujer que será con una historia. La de cómo tuvo su primera experiencia sexual.
Yo Nunca, un recorrido por la vida adolescente
El primer capítulo comienza, de hecho, con la descripción de la hora posterior a que Devi se acueste con Ben (Jaren Lewinson). El guion relata el momento desde la burlona perspectiva de lo inevitable. Analiza la hora en que todo ocurrió, que será recordada en adelante, el lugar y las emociones. Cada palabra que se pronunció y lo que no se dijo. La joven pareja se encuentra incómoda y confusa. ¿Esto es todo? Es la pregunta que se hace cada uno de ellos por separado.
Claro está, se trata de un truco narrativo que la serie utilizará en más de una ocasión. Esta vez, la voz omnipresente de Devi —y la de John McEnroe— narrará la vida de Ben. A la vez, la de Kamala (Richa Moorjani), Nalini (Poorna Jagannathan), Fabiola (Lee Rodríguez) y Eleanor (Ramona Young). Cada una de ellas alcanza una nueva relevancia y se convierte en parte del conflicto del central. Yo Nunca toma la inteligente decisión de permitir a todo su elenco florecer a través de sus personajes. Lo que brinda a cada uno un arco completo de madurez con nuevas dimensiones y una singular profundidad.
Jaren Lewison como Ben Gross y Maitreyi Ramakrishnan como Devi en Yo nunca. Netflix © 2022
A lo largo de diez capítulos, Devi encontrará que ir a la universidad no supone solo un traslado físico. Significa dejar atrás la muerte de su padre, las amistades que la sostuvieron durante años y a Ben. Pero la joven que tomará las decisiones —que incluyen separarse de su madre— se convertirá en una figura nueva. En su despedida —que rinde homenaje a Bollywood—, Devi demuestra que está preparada para salir de la lista la espera universitaria que la amenazó durante la temporada. A la vez, para dar un salto al futuro.
Lo hará a la manera de la heroína cotidiana en que se convirtió. Yo Nunca, la mejor comedia adolescente de Netflix, se despide con una escena emblemática que demuestra que su argumento cumplió un recorrido brillante y bien narrado. Una sorpresa que termina por ser, quizás, el momento más emocionante de una serie que se hizo más significativa y amable con el transcurrir del tiempo.
Source: http://hipertextual.com/2023/06/yo-nunca-critica-netflix
